La queratosis pilar o pilaris es una afección cutánea benigna y muy frecuente que se caracteriza por la aparición de pequeños bultos en la piel, así como de zonas ásperas.
Se produce porque la queratina, una proteína cutánea, forma tapones duros dentro de los folículos pilosos, dando lugar a estas protuberancias de aspecto similar a la ‘piel de gallina’. De hecho, es habitual que al arrancar este tapón de queratina pueda encontrarse un pelo enrollado dentro del folículo.
Por lo general, estos bultitos suelen tener el tamaño similar al de un grano de arena y son de una coloración que puede ir del blanco al rojo. Además, al agruparse en placas, se sienten rugosos al tacto.
Las lesiones de queratosis pilar suelen localizarse principalmente en la parte lateral de los brazos y los muslos, así como en las nalgas. No obstante, en los niños acostumbra a afectar a la zona de las mejillas.
A pesar de que estas protuberancias de queratina no suelen doler ni picar, la queratosis pilaris puede ser molesta porque acostumbra a ir acompañada de sequedad cutánea.
No obstante, el principal motivo de preocupación de las personas con esta afección de la piel es su afectación estética. Sobre todo, cuando las lesiones se forman en zonas más expuestas como es la cara. Asimismo, en ocasiones pueden dejar cicatrices residuales al desaparecer.
Aunque no se conocen con exactitud las causas de la queratosis pilaris, se asocia frecuentemente a las personas con fototipos más oscuros y dermatitis atópica. También, a ciertos trastornos hereditarios, la obesidad, la diabetes, la insuficiencia renal y el síndrome de Down, entre otros.
Por su parte, el uso de ciertos fármacos como los corticoides sistémicos, el litio y el vemurafenib podrían contribuir a su aparición.
En general, la queratosis pilar suele aparecer por primera vez en la infancia, alcanzando su pico de prevalencia en la pubertad. Concretamente, se estima que podría afectar alrededor del 50-80% de los adolescentes.
Por el contrario, en la edad adulta suele producirse una mejoría y no es habitual en personas mayores de 30 años.
Las lesiones de queratosis pilar suelen localizarse principalmente en la parte lateral de los brazos y los muslos, así como en las nalgas
Consejos para el cuidado de la piel con queratosis pilar
A pesar de que la queratosis pilar no se puede prevenir ni curar, sí es posible mejorar el aspecto de la piel y acabar con los bultitos y molestias que provoca.
De este modo, el tratamiento para la queratosis pilaris va dirigido a prevenir la excesiva sequedad cutánea, conseguir el reblandecimiento y la eliminación de los tapones de queratina que forman los bultos y proporcionar una mejoría de los síntomas tales como el enrojecimiento o el aspecto áspero de la piel.
Aun así, cabe tener en cuenta que ningún tratamiento para la queratosis pilar conseguirá una remisión instantánea, sino que pueden necesitarse meses. Además, las recidivas son frecuentes.
Por todo ello, más allá de seguir los siguientes consejos para el cuidado de la piel con queratosis pilar, es necesaria la supervisión dermatológica.