Alimentación y vitaminas para la degeneración macular

5 octubre 2022 | Cuidado de los ojos

Alimentación y vitaminas para la degeneración macular

La degeneración macular por la edad (DMAE) parece tener un origen genético, pero se cree que los factores ambientales juegan un papel clave en su aparición y progresión. Entre ellos, la dieta.

Diferentes estudios sugieren que mantener una alimentación saludable tendría un efecto protector ante esta enfermedad ocular degenerativa. También, que potenciar el consumo de ciertas vitaminas para la degeneración macular ayudaría a enlentecer su evolución.

En ese sentido, la recomendación para la prevención y el tratamiento de la DMAE es seguir una dieta antioxidante rica en vegetales y fruta. Esto se debe a que estos alimentos contienen micronutrientes que protegen a los ojos de los radicales libres.

Así pues, una dieta saludable y basada mayormente en alimentos de origen vegetal no solo favorecería una mejor salud ocular, sino que también contribuiría a frenar la degeneración macular.

Entre ellos, son especialmente interesantes los vegetales de hojas verde oscuro (como espinacas, col rizada, acelgas, etc.) y las frutas y verduras amarillas y naranjas (como zanahorias, pimientos, cítricos, etc.).

Los primeros, por ser fuente de folatos y vitaminas C, A y E; y los segundos, por su alto contenido en carotenoides (que se transforman en vitamina A en nuestro organismo).

Todos ellos son nutrientes que protegen a las células frente al daño oxidativo y que contribuyen al mantenimiento de la visión en condiciones normales.

Paralelamente, el consumo habitual de pescado azul (como el salmón, la sardina, la caballa, etc.) está aconsejado porque contribuiría a bajar el riesgo de una DMAE precoz o avanzada.

Los vegetales de hoja verde, las frutas y verduras anaranjadas, el pescado azul y el huevo tendrían un efecto protector frente a la degeneración macular. 

Para quienes sufren de DMAE, también podría ser beneficioso potenciar la dosis diaria de ciertos nutrientes mediante la suplementación.

Estos complejos vitamínicos para la vista contienen aquellas vitaminas que, según diferentes estudios, podrían ayudar a mitigar los síntomas de la degeneración macular e incluso evitar que esta llegue a su etapa más grave.

Concretamente, los suplementos para la DMAE serían especialmente beneficiosos para quienes tienen muchas drusas, que son depósitos amarillos pequeños que se forman debajo de la retina y que pueden manifestarse con la aparición de un punto borroso en la visión central.

Al mismo tiempo, su consumo diario podría ayudar a disminuir el riesgo de desarrollar una degeneración macular mucho más agresiva. Es la que se conoce como DMAE húmeda y puede llegar a comprometer la visión central en cuestión de meses.

DMAE y suplementos 

Cabe destacar que los suplementos para la DMAE no son una cura para la enfermedad, pero sí suelen formar parte de su tratamiento. Sobre todo, como se ha mencionado anteriormente, en caso de drusas oculares, degeneración macular temprana o mayor riesgo a sufrir una degeneración macular húmeda.

El consumo de suplementos para la DMAE, a su vez, será más interesante si va acompañado de una alimentación que potencie los nutrientes que estos contienen.  

En ese sentido, las vitaminas, los minerales y los antioxidantes que cuentan con mayor evidencia científica en la prevención y el tratamiento de la DMAE son los siguientes: 

  • Zinc. Es un mineral que contribuye al mantenimiento de la visión, al metabolismo normal de la vitamina A y a la protección de las células frente al daño oxidativo.

    Junto a las vitaminas antioxidantes, consigue inhibir la progresión de la degeneración macular en casos avanzados, así como la pérdida de visión central asociada.

    Son alimentos ricos en zinc la carne roja, la carne de ave, las ostras y otros mariscos, así como los cereales fortificados. Este mineral también se encuentra de forma natural en las legumbres, los frutos secos, los cereales integrales y los productos lácteos.
  • Vitamina C y E. Estas vitaminas desempeñan una protección clave ante el daño oxidativo provocado por los radicales libres. 

    Los pimientos rojos y las frutas cítricas (como naranjas, pomelos, mandarinas, etc.) son la principal fuente de vitamina C. Otras frutas y verduras como el brócoli, las fresas, el melón y los tomates también la contienen.

    Por su parte, la vitamina E está presente en los aceites vegetales, los frutos secos, las semillas y las hortalizas de hoja verde.
  • Luteína y la zeaxantina. Ambas sustancias son carotenoides que forman parte de los pigmentos maculares, siendo la zeaxantina la más predominante.

    Su acción protectora se basa en su acción antioxidante y antiinflamatoria, así como de filtro de la luz azul.

    Los alimentos ricos en luteína y zeaxantina incluyen las yemas de huevo, las espinacas, la col rizada, el maíz, el pimiento naranja, el kiwi, las uvas, el calabacín, la calabaza y las frutas de color anaranjado o amarillo (como las naranjas, papaya, nectarinas, etc.).

    Aunque las hojas verdes presentan un mayor contenido de luteína y zeaxantina que los huevos, su biodisponibilidad es menor. Esto se debe a que la grasa de la yema de huevo mejora su absorción.

    En ese sentido, un estudio reciente ha relacionado el consumo de huevos con un aumento de los niveles de estos carotenoides en sangre a corto plazo y con una disminución del riesgo de desarrollar DMAE avanzada a largo plazo. 
  • Vitaminas B6, B12 y B9 (ácido fólico). Estas vitaminas del grupo B mantienen la normalidad de las células y los tejidos del ojo, disminuyendo el riesgo de desarrollo de degeneración macular por la edad.

    La vitamina B6 se encuentra naturalmente en estos alimentos: aves, pescado, vísceras, patatas y frutas cítricas.

    Por su parte, son alimentos ricos en vitamina B12 el pescado, la carne, los huevos y los lácteos.

    Finalmente, el ácido fólico o vitamina B9 se puede obtener sobre todo a través de hortalizas de hojas verdes y oscuras y las legumbres.
  • Antocianinas. Estos compuestos antioxidantes se encuentran en las frutas y vegetales de color rojo, morado y azul, siendo los arándanos uno de los frutos más ricos en antocianinas.

    En relación con la salud ocular, mejoran la microcirculación de los tejidos y protegen a los capilares de la retina frente al estrés oxidativo. También facilitan la adaptación a la oscuridad y minimizan el deslumbramiento.

    Más allá de los arándanos, son alimentos ricos en antocianinas los frutos rojos, las moras, la col morada, las uvas, las patatas moradas, los rábanos y la remolacha.
     
    • Ácidos omega 3. Tanto el DHA (ácido docosahexaenoico) como el EPA (ácido eicosapentaenoico) son componentes fisiológicos de la retina y, por tanto, imprescindibles para el correcto funcionamiento visual.

      Los pescados y los mariscos son los alimentos que más omega-3 aportan. En especial, los pescados azules.

      También se puede encontrar en nueces y semillas, aceites de plantas y alimentos fortificados.

Más allá de seguir una alimentación saludable, basada principalmente en plantas y que incluya estos minerales y vitaminas beneficiosos para la mácula, hay otros factores que pueden prevenir, minimizar y retrasar la evolución de la degeneración macular.

Principalmente, dejar de fumar, cuidar la salud cardiovascular y usar gafas de sol en el exterior, sobre todo cuando la radiación solar es intensa.

Autor: Laboratorios Viñas, departamento científico.

Bibliografía

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