Las verrugas en el cuello suelen ser lesiones inofensivas, pero que pueden resultar molestas o causar un malestar estético.
A pesar de que pueden aparecer en cualquier persona, son especialmente frecuentes entre los hombres jóvenes y adultos debido al afeitado.
Aun así, cabe recordar que, muchas veces, lo que parecen verrugas pequeñas en el cuello en realidad no lo son.
De ahí que sea tan importante saber por qué salen verrugas en el cuello, qué tipos hay y cuál es su tratamiento.
Las verrugas en el cuello aparecen por una infección vírica. En concreto, por el virus del papiloma humano (VPH), aunque hay diferentes subtipos.
El contagio se produce por el contacto piel con piel o bien al tocar objetos contaminados.
Así pues, la exposición a este virus del papiloma humano es la respuesta a por qué salen las verrugas en el cuello.
Para que estas se produzcan, sin embargo, debe haber pequeñas heridas o cortes en la piel, o bien que la barrera cutánea esté alterada.
En ese sentido, es muy habitual que las verrugas en el cuello salgan en la zona de la barba en los hombres. Esto se debe a los microcortes o abrasiones que se pueden producir con el afeitado.
No obstante, estas pueden aparecer a cualquier edad, siendo las verrugas una de las infecciones en la piel más frecuentes en niños.
Otras personas con mayor riesgo de sufrirlas son aquellas con sistemas inmunitarios debilitados.
Asimismo, hay quienes tienen una predisposición genética que les hace más susceptibles a sufrir este tipo de lesiones.
Los tipos de verrugas más habituales en el cuello son las verrugas comunes, las verrugas planas y las verrugas filiformes.
Las verrugas comunes en el cuello suelen presentar una apariencia diferente a la de otras zonas.
Por lo general, tienden a ser protuberancias bien delimitadas, redondeadas, duras, rugosas y del color de la piel, blanquecino o nacarado.
Sin embargo, en la zona del cuello suele tratarse de lesiones pediculadas. Es decir, de verrugas en forma de coliflor.
Las verrugas planas aparecen como pequeños bultos lisos, planos, de color marrón amarillento, rosado o del color de la piel.
Suelen localizarse en la cara y se transmiten por autoinoculación. Así, es habitual que se propaguen desde esa área a la zona del cuello a través del afeitado.
Las verrugas filiformes se caracterizan por ser largas y estrechas, parecidas a hilos o filamentos.
Este tipo de verrugas suelen aparecer en los párpados, aunque pueden localizarse también en otras partes de la cara o el cuello.
En la mayoría de las ocasiones, las verrugas que salen en el cuello no son verrugas sino lo que se conoce como fibromas blandos o acrocordones.
Aunque a simple vista pueden parecerse, los fibromas son protuberancias de piel suave, blanda y colgante del color de la piel o ligeramente más oscuros.
La principal diferencia, sin embargo, es que los fibromas no están causados por un virus y, por tanto, no son contagiosos. Se trata simplemente de crecimientos benignos de tejido cutáneo.
Aunque se desconoce exactamente qué causa los acrocordones, se cree que hay diferentes factores que contribuyen a su aparición.
Entre ellos, la edad, la obesidad, los cambios hormonales, la diabetes, factores genéticos o la fricción constante en la piel.
En ese sentido, lo más habitual es que los fibromas se encuentren en zonas del cuerpo con pliegues como el cuello, las axilas y la ingle.
Muchas veces las verrugas en el cuello son, en realidad, fibromas o acrocordones. De ser así, las lesiones no están causadas por un virus y no son contagiosas.
Hay otras lesiones en el cuello que pueden confundirse con verrugas y no lo son.
En primer lugar, las queratosis seborreicas, aunque muchas veces se les llame verrugas seborreicas de forma coloquial.
Estas consisten en protuberancias ásperas de forma redonda u ovalada, planas o levemente abultadas. Tienen una superficie escamosa y un aspecto ceroso.
Su color varía de marrón claro a negro y pueden aparecer solas o en conjunto.
La causa de la queratosis seborreica se desconoce, pero suele aparecer después de los 40 años y tiende a ser hereditaria.
Otro tipo de lesiones en el cuello que pueden confundirse con verrugas son las que provoca el molusco contagioso.
En este caso, se trata de la aparición de bultos pequeños del color de la piel o de una tonalidad blanquecina o nacarada.
El molusco contagioso, al igual que las verrugas, sí que está provocado por un virus. No obstante, se trata de un virus de la familia de los poxvirus y, como indica su nombre, es altamente contagioso.
Aunque puede aparecer en cualquier persona, el molusco contagioso es más común en pieles infantiles.
Precisamente porque las verrugas en el cuello pueden confundirse con otras lesiones, es importante que las vea un especialista y hacer un correcto diagnóstico.
La mayoría de las verrugas en el cuello no pican. Por lo general, son lesiones pequeñas e indoloras que pasan desapercibidas más allá de su aspecto.
No obstante, las verrugas planas pueden provocar picazón en algunas ocasiones.
En cambio, otras lesiones que se confunden con verrugas, como la queratosis seborreica y los moluscos contagiosos, sí suelen causar picor con más frecuencia.
Muchas verrugas en el cuello desaparecen por sí solas al cabo de un tiempo, sobre todo las verrugas comunes.
Otras, en cambio, pueden persistir durante años o bien recurrir en el mismo lugar o en sitios diferentes.
Po ello, la forma de eliminarlas dependerá de cuál sea el tipo, su ubicación y las molestias que provoque.
La primera opción para quitar las verrugas en el cuello suelen ser los tratamientos tópicos queratolíticos.
Entre ellos, destaca el ácido salicílico en altas concentraciones combinado con la terapia de oclusión, mediante la aplicación de parches.
Otros tratamientos irritantes incluyen el ácido tricloroacético, el 5-fluorouracilo, la tretinoína y la cantaridina.
Estas opciones terapéuticas se pueden utilizar en combinación con un método destructivo.
Entre ellos, el más común es la crioterapia, que consiste en congelar la verruga con nitrógeno líquido para “destruir” el tejido y que este se desprenda.
Otras posibles opciones terapéuticas son eliminar las verrugas mediante la aplicación de corriente eléctrica (electrocauterización) o los tratamientos con láser.
En conclusión, aunque las verrugas en el cuello suelen ser lesiones benignas, pueden generar molestias y confundirse con otros tipos de lesiones en la piel.
Por eso, conocer sus causas, los distintos tipos y las diferentes opciones de tratamiento resulta clave.
Además, identificar si se trata realmente de una verruga, un fibroma u otra lesión ayuda a prevenir complicaciones.
Si bien muchas verrugas pueden desaparecer por sí solas o tratarse de forma sencilla, hay que tener en cuenta que algunas pueden requerir de tratamientos más complejos o combinados.
Por ello, ante la aparición de una nueva lesión o verruga en el cuello, es recomendable consultar siempre con un dermatólogo.
Autor: Laboratorios Viñas, departamento científico.
Redacción. ¿Qué son esas “verrugas” que salen en el cuello y cómo se eliminan? [en línea]. Blog de FIATC Seguros, 2024. <https://www.fiatc.es/blog/post/verrugas-cuello>
Redacción. Acrocordones o fibromas blandos [en línea]. Idèrmic. Dermatología y Cirugía Estética. <https://www.idermic.es/es/acrocordones-todo-lo-que-debemos-saber/>
Vargas, E. Qué son los fibromas en la piel y cómo eliminarlos [en línea]. Dermaniac, 2025. <https://www.dermaniac.com/blog/que-son-los-fibromas-en-la-piel-y-como-eliminarlos>
Redacción. Verrugas en el cuello: qué son, por qué salen y cómo se pueden quitar [en línea]. Imos Clínica. <https://imosclinica.com/verrugas-en-el-cuello/>
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