Existen muchos mitos sobre el dolor de dientes en bebés y cómo aliviarlo, así como de los síntomas que puede provocar la erupción dental. Pero hay algunos que se repiten especialmente entre los padres. Son los siguientes:
“La erupción dental no provoca dolor de dientes en los bebés”. Los estudios realizados al respecto demuestran una relación entre la salida de los dientes y molestias localizadas en la zona de la erupción, que pueden ser más o menos leves.
Otros síntomas de dolor de dientes en bebés son la irritabilidad, la salivación excesiva (que puede provocar una dermatitis perioral) y un ligero aumento de la temperatura corporal.
“El dolor de dientes en bebés va acompañado siempre de fiebre”. Uno de los mitos más extendidos acerca de la erupción dental es que “la salida de los dientes da fiebre en los bebés”.
Esto no es así y, en caso de fiebre en lactantes, se debe consultar siempre con el pediatra.
Es cierto que la temperatura corporal puede aumentar ligeramente, pero nunca alcanzar cifras superiores a los 38ºC.
Más allá de la fiebre, otros síntomas que muchas veces se relacionan con la salida de los dientes de leche son la diarrea y las infecciones.
Aunque no se dispone de estudios que avalen esta relación, su coincidencia en el tiempo podría explicarse porque los bebés suelen aliviar el dolor de dientes mordiendo objetos y presionándolos contra las encías.
Si alguno de estos está contaminado con patógenos, es posible que pueda provocar una infección, diarrea o incluso fiebre.
“El babeo es un síntoma del dolor de dientes en bebés”. Es cierto que la salivación excesiva se ha relacionado con la aparición de los primeros dientes.
Sin embargo, la erupción dental puede coincidir en algunos niños con la puesta en funcionamiento de las glándulas parótidas, las encargadas de producir saliva.
Esto tiene lugar al cuarto mes de vida, cuando además el reflejo de deglución es bastante inmaduro y no se realiza de manera eficaz. Como consecuencia, puede presentarse un exceso de saliva en la boca que no se trague frecuentemente y que contribuya al babeo.
De este modo, babear no es siempre una señal de dolor en los dientes en bebés.
“El dolor de dientes en bebés por la noche es mucho peor”. Las molestias causadas por la erupción dental no se intensifican por la noche. Aun así, es cierto que puede alterar sus patrones de sueño.
Esto parece que tiene más que ver con el hecho de que, durante el día, los bebés están más distraídos, mientras que por la noche pueden ser más conscientes de las molestias que les provoca.
Algunos niños también pueden presentar una falta de apetito.
“No hay ninguna medida para calmar el dolor de dientes en bebés”. Al contrario, existen diferentes recursos eficaces para aliviar las molestias de los primeros dientes.
Entre ellas, usar mordedores, ofrecerles alimentos fríos como fruta o polos de leche materna o artificial y masajear las encías con una gasa o con un cepillo ultrasuave para bebés. También se recomienda utilizar un bálsamo para los primeros dientes.
Estos suelen tratarse de productos con efecto calmante y refrescante. Uno de los ingredientes más interesantes es el ácido hialurónico, ya que produce una película protectora sobre las encías afectadas que reduce la inflamación y calma las molestias.
Estos geles o cremas para aliviar el dolor de dientes en bebés pueden utilizarse siempre que se necesite. Aun así, es especialmente recomendable después de las comidas y antes de acostarse.
“Lo más efectivo para la salida de los dientes es el ibuprofeno”. Antes de tratar el dolor de dientes en bebés con medicamentos, se debería probar primero con las medidas no farmacológicas mencionadas anteriormente.
En caso de que el pequeño presente mucho malestar e irritabilidad, entonces el paracetamol sería el fármaco de elección.
El ibuprofeno puede ser una alternativa, pero solo para bebés de más de seis meses.
“Los collares de ámbar ayudan a calmar el dolor de dientes en bebés”. Este es seguramente uno de los mitos más peligrosos relacionados con la salida de los dientes de leche.
Los collares de ámbar no solo son ineficaces para calmar las molestias que puede provocar la dentición en los más pequeños, sino que son muy peligrosos.
Concretamente, pueden provocar estrangulación y asfixia en los bebés y niños. Esto tiende a ocurrir cuando no están siendo vigilados (por ejemplo, mientras duermen) o si el collar se rompe y se tragan alguna de las piezas.
Las principales asociaciones pediátricas desaconsejan su uso por este motivo. En ese sentido, cabe recordar que la asfixia es la principal causa de muerte en menores de un año y entre las cinco primeras en los niños de entre 1 y 4 años.
“Es mejor no utilizar el cepillo de dientes en bebés”. Muchos padres se preguntan si deben cepillar los dientes a los bebés y a partir de qué edad. La respuesta es sí, y desde el momento en que sale el primero.
Concretamente, deben cepillarse dos veces al día (después del desayuno y antes de acostarles). Para ello, hay que utilizar un cepillo de dientes para bebés adecuado al tamaño de su boca y con una pasta baja en flúor (1000 pm) y en una cantidad similar al tamaño de un grano de arroz.
Esta se trata de una medida fundamental para prevenir las caries en bebés y niños, pero también es eficaz para prevenir el dolor de dientes.
Esto se explica porque el cepillado ayuda a reducir la inflamación gingival por la acumulación de placa.
Autor: Laboratorios Viñas, departamento científico.
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