Mi bebé no quiere comer: ¿qué puedo hacer?

6 octubre 2025 | Salud infantil

Mi bebé no quiere comer: ¿qué puedo hacer?

"Mi bebé no quiere comer". Esta es una afirmación muy frecuente entre los padres durante los primeros meses de vida de sus pequeños.

En ese sentido, se estima que hasta un 20-30% de niños sanos y un 80% de niños con necesidades especiales sufren algún tipo de trastorno de la alimentación. Sobre todo, entre los 7 y los 11 meses de vida.

No obstante, en su gran mayoría, se trata de dificultades en la alimentación leves o bien percepciones erróneas por parte de los padres o cuidadores.

Por ello, el enfoque inicial ante la negativa a comer suele centrarse en mejorar los hábitos alimentarios del niño y ofrecer pautas prácticas para aplicarlas en casa.

¿Por qué mi bebe no quiere comer?

Las causas por las que un bebé no quiere comer son variadas. En ellas intervienen factores genéticos, ambientales, conductuales, emocionales y orgánicos que pueden cambiar a lo largo de la vida. 

Además, algunos estilos de crianza pueden dificultar que el niño aprenda a autorregular su hambre y saciedad.

¿Cuándo suelen aparecer las dificultades para comer en los bebés?

Los problemas para comer en los bebés pueden aparecer desde el inicio de la vida del niño. Es decir, cuando tan solo se alimentan de leche materna o fórmula.

No obstante, se pueden dar en cualquier etapa. Tanto en la fase de introducción de alimentos semisólidos (7-10 meses) como en la de sólidos (a partir de los 12 meses).

En ese sentido, es común en las consultas de pediatría que los padres expresen preocupaciones como: “mi bebé de 6 meses no quiere comer” o “mi hijo rechaza la alimentación complementaria”.

Los bebés no quieren comer por diferentes razones. No obstante, suele tratarse de dificultades leves con la comida que pueden mejorar con cambios en la alimentación. 

Tipos de problemas en la alimentación de los bebés

Cuando un bebé no quiere comer, es importante saber que las dificultades en la conducta alimentaria pueden clasificarse en tres grandes grupos.

Puede tratarse de niños que comen poco, niños con una ingesta selectiva y niños con un rechazo global de la alimentación. O bien, niños que presentan más de una dificultad a la vez.

  1. Bebés que comen poco

En algunos bebés, las dificultades con la comida son tan solo una percepción de los padres, ya que estos comen lo suficiente para su crecimiento y desarrollo. 

En otros casos, en cambio, la falta de apetito en los niños sí que es real. 

A veces, se debe a que son niños muy activos, enérgicos y curiosos y están mucho más interesados en jugar y hablar que en comer. Este comportamiento se conoce como anorexia infantil y suele aparecer entre los 6 meses y los 3 años.

En otras ocasiones sí se debe a problemas psicológicos importantes o bien a enfermedades orgánicas. Por ejemplo, enfermedades que causan dolor al comer (esofagitis, gastritis, trastornos más sutiles de la motilidad), llagas en la boca, insuficiencia cardiorrespiratoria o alteraciones estructurales. 

  1. Bebés que rechazan alimentos

En este grupo, se incluyen a los bebés que tienen lo que se conoce como neofobia. Es decir, un rechazo a los alimentos nuevos o desconocidos.

Esto puede darse al iniciar la alimentación complementaria o bien más adelante. No obstante, se resuelve con la exposición repetida al alimento.

Por otra parte, hay niños pequeños que tienen una selectividad alimentaria leve, por lo que se les tacha de "caprichosos". A diferencia de la neofobia, no mejora con la exposición continuada al alimento y esto hace que los padres sigan ofreciendo solo aquellos alimentos bien aceptados.

Otro grupo de bebés no quieren comer porque presentan una aversión alimentaria y se niegan a comer alimentos en función a su sabor, textura, olor, temperatura y/o apariencia.

Finalmente, se encuentran los bebés y niños pequeños que tienen una aversión alimentaria en el contexto de una enfermedad orgánica (alteraciones motoras o neurológicas) o trastornos del desarrollo (autismo).

  1. Bebés con miedo a comer

Cualquier situación traumática con la alimentación puede causar miedo a comer en los niños. Por ejemplo, bebés que han experimentado atragantamientos, vómitos o dolor al ingerir comida.

Dentro de este grupo también se incluyen a los lactantes cuyos padres interpretan su llanto como hambre cuando no lo es. De ser así, es habitual que los bebés se resistan al pecho o al biberón y los padres interpreten que no quieren comer.

5 consejos para que tu bebé quiera comer

Existen diferentes estrategias que ayudan a mejorar la aceptación de los alimentos y fomentan hábitos de alimentación saludables en los bebés.

No obstante, ante un bebé que no quiere comer, lo primero es consultar esta preocupación con el pediatra.

El pediatra no solo podrá descartar causas orgánicas y psicológicas, sino también si puede haber una deficiencia nutricional como consecuencia de la falta de apetito.

Por ejemplo, el hierro es una las principales carencias nutricionales en los niños en sus primeros años de vida, y a la vez su déficit puede afectar negativamente a su apetito.

En ese sentido, las necesidades de hierro en la infancia no solo están aumentadas, sino que este mineral juega un papel clave para el sistema inmunológico.

1) Garantizar una dieta adecuada para el bebé

Es fundamental asegurarse de que los bebés reciben una alimentación adaptada a su edad y situación nutricional.

Las pautas dietéticas en los lactantes varían mucho en su primer año de vida, por lo que es esencial seguir las recomendaciones del pediatra en cada momento.

En casos de déficit nutricional, el pediatra también podrá orientar con ajustes concretos o suplementación según corresponda.

Por ejemplo, aumentando el valor calórico de las comidas sin incrementar el volumen de alimentos, o bien tomando complementos alimenticios específicos.

2) Respetar sus señales de hambre y saciedad

Otro aspecto clave es seguir una dieta que permita al bebé reconocer las sensaciones de hambre y saciedad.

Para ello, se debe establecer un horario regular de comidas: se debe programar un número de tomas (4-5 al día) y con cantidades acordes a la edad. Estas tomas o comidas, además, no deben superar los 20–30 minutos.

Igual de importante es evitar los picoteos o tentempiés y la ingesta excesiva de líquidos entre tomas.

Tampoco hay que obligar, insistir o presionar al niño para que coma. Los padres deciden qué ofrecer y cuándo; el bebé decide cuánto comer.

Otra cosa que no se debe hacer es mostrar enfado o usar la comida como premio o castigo.

Todas estas medidas favorecerán que el pequeño aprenda a autorregularse.

3) Crear un ambiente tranquilo y sin distracciones

La hora de la comida debe ser relajada y hay que evitar elementos de distracción como pantallas o juguetes.

Sentar al bebé en su trona en la mesa familiar favorece una predisposición positiva hacia la comida.

4) Introducir los alimentos nuevos de forma gradual

Los alimentos nuevos se deben introducir poco a poco, de uno en uno, y junto con alimentos que el bebé ya conoce y le gustan.

Es importante dejar que los niños manipulen los alimentos con las manos, para que se acostumbren a su textura, su olor y su color.

Cabe recordar que, en ocasiones, se necesita una exposición repetida (hasta 8-15 veces) para que los acepten.

Asimismo, hay que tener en cuenta que los padres y cuidadores son un referente para los bebés, por lo que deben ser un modelo a seguir.

5) Fomentar la autonomía al comer

Hay que permitir que el bebé coma con las manos y, progresivamente, con utensilios como la cuchara y el vaso de aprendizaje.

Aunque se ensucie, estas prácticas son fundamentales para que el niño desarrolle habilidades motoras finas, disfrute de las comidas y logre comer sin ayuda.

De todos los niños con dificultades con la comida, solo entre el 1% y el 5% de ellos presentarán un trastorno de alimentación grave.

En este caso, el manejo debe ser multidisciplinar e implicar un equipo formado por pediatra, nutricionista, psicólogo y, si es necesario, logopeda.

Autor: Laboratorios Viñas, departamento científico.

Bibliografía

Castejón, E., de la Mano, A. et Martínez, A.B. Alteraciones del comportamiento alimentario en el lactante y niño pequeño [en línea]. Sociedad Española de Gastroenterología, Hepatología y Nutrición Pediátrica, 2023. https://www.aeped.es/sites/default/files/documentos/41_alter_alimentacion.pdf

Martínez, A., Santana, C. et Rosa, I. Falta de apetito [en línea]. Asociación Española de Pediatría de Atención Primaria, 2016. https://algoritmos.aepap.org/adjuntos/falta-apetito.pdf

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