El dolor de pies afecta a más de la mitad de la población adulta, según estudios recientes. Sin embargo, hasta que no aparecen molestias, esta parte del cuerpo suele ser la gran olvidada.
Este dolor en los pies puede ser desde leve a muy invalidante, por lo que es fundamental conocer cómo cuidar esta zona y qué medidas pueden ayudar a prevenir su aparición.
Cabe recordar que los pies son las estructuras sobre las que se apoya todo el cuerpo y que nos permiten movernos de forma bípeda. Es decir, a lo largo del día están soportando todo nuestro peso y no dejan de movilizarse porque son los que nos permiten mantenernos de pie, caminar o realizar actividades como el deporte. Esto implica que pueden cargarse en exceso y perjudicar algún tejido.
Además, son una estructura compleja que cuenta con 33 articulaciones, 26 huesos y más de un centenar de tendones, ligamentos y músculos. Si uno de estos componentes no funciona adecuadamente, todos los demás se ven afectados y pueden aparecer lesiones y enfermedades.
Los pies son propensos a sufrir diferentes dolencias al darnos apoyo y movilidad a lo largo de casi toda nuestra vida.
Las molestias o el dolor en los pies pueden sentirse en cualquier parte de los mismos. Entre ellas, el talón, el arco, el empeine, la planta o los dedos.
Aunque un dolor de pies puede parecer similar a otro, cada uno de ellos afecta a una región diferente y se acompaña de ciertas características clínicas. Tener en cuenta esto es fundamental para poder hacer un correcto diagnóstico.
Otros síntomas que pueden acompañar a la sensación de dolor son la limitación para realizar movimientos fisiológicos, poca amplitud articular, alteraciones en la marcha, deformidades óseas, exceso de tensión muscular, incapacidad para realizar actividades que conlleven estar mucho tiempo de pie, piel rojiza y áspera, inflamación e inestabilidad articular.
Por lo que respecta a las causas del dolor de pies, son muy variadas y van desde el propio envejecimiento hasta la diabetes y enfermedades reumáticas como la gota, la artirtis y la artrosis.
Otras posibles causas pueden ser las fracturas óseas, los esguinces, los juanetes, las callosidades, los pies planos, los pies cavos, la fascitis plantar (inflamación de la fascia de la planta del pie), los dedos en garra o martillo (dedos curvados hacia abajo), la tendinitis aquilea (inflamación del tendón de Aquiles) e incluso el cansancio muscular y las verrugas plantares.
A pesar de la diversidad de causas, un buen cuidado de los pies es fundamental para prevenir la aparición de dolor, así como de lesiones o enfermedades en esta parte del cuerpo.
Por el contrario, mantener un peso saludable ayudaría a prevenir esta dolencia.
El sedentarismo y el tabaquismo, sobre todo por su impacto en la circulación, también afectan negativamente a la salud de los pies y pueden acabar causando molestias y dolor.
Es por ello que siempre se debería usar un calzado cómodo y que respete la fisiología de los pies. Es decir, que se ajuste adecuadamente, que tenga un buen arco de soporte y amortiguación y que cuente con suficiente espacio alrededor del pie y los dedos.
Es aconsejable evitar los zapatos estrechos y los tacones altos, así como también los excesivamente planos como las chanclas o las bailarinas.
También se recomienda alternar el calzado para que pueda ventilarse y prevenir problemas como el mal olor de pies.
Realizar un tratamiento preventivo. En caso de deformidades en los dedos o alteraciones en los pies, es importante el uso de órtesis. Estas pueden ser plantillas para los zapatos, almohadillas o separadores.
También puede resultar interesante realizar un estudio biomecánico en caso de sospechar de una mala pisada. De ser así, se pautan unas plantillas para compensar el apoyo plantar y que ayuden a prevenir la aparición de dolor de pies.
Permanecer mucho tiempo en bipedestación también puede provocar fatiga en estas extremidades. Sin embargo, muchas veces resulta inevitable por cuestiones laborales.
En estos casos, se aconsejan los baños de pies con sales relajantes y los masajes con crema para pies cansados al final del día. También es aconsejable en caso de haber realizado largas caminatas.
Respecto a los niños, es importante que utilicen un calzado adaptado a su edad para ayudar a un desarrollo óptimo del pie y que minimice la aparición de problemas y molestias en la edad adulta.
En ese sentido, hay que procurar que el número sea el correcto y que los zapatos estén fabricados con materiales naturales y flexibles, aunque con refuerzo trasero.
No se debe aprovechar el calzado usado por otros niños y se aconseja realizar exámenes regulares de los pies a partir de los tres años.
Tener cuidado con el deporte. La actividad física es una gran aliada para mejorar la circulación y prevenir uno de los principales factores de riesgo del dolor de pies: el sobrepeso.
Sin embargo, la práctica continuada de deporte, sobre todo cuando hablamos de alto rendimiento, provoca una sobreutilización de los pies que puede derivar en diferentes patologías. Entre las más frecuentes, las metatarsalgias (lesión que afecta a la planta del pie, cerca del inicio de los dedos) y las fascitis plantares.
También los deportistas amateurs pueden sufrir dolor de pies como consecuencia del ejercicio físico, ya sea por exceso, una mala ejecución técnica o el uso de un calzado inadecuado. Esto último, a su vez, puede provocar la aparición de rozaduras.
Evitar estos factores de riesgo, así como realizar calentamientos antes de la práctica deportiva y estiramientos posteriores, puede ayudar a prevenir el dolor en los pies.
Hay que tener en cuenta que también existen deportes o actividades que pueden afectar especialmente los pies. Entre ellos, el fútbol, el baloncesto y la danza.
Por su parte, los automasajes con cremas para pies cansados y pelotas sensoriales pueden ser muy beneficiosos.
Cuando ya existe molestia o dolor, la aplicación de frío y calor también puede ser útil, seleccionando uno u otro en función del origen de la dolencia.
Paralelamente, se podrían realizar ejercicios de propiocepción, equilibrio, coordinación, estabilidad y fortalecimiento de los músculos.
Estas medidas son eficaces para prevenir y aliviar el dolor en los pies. Sin embargo, hay que acudir al médico si este aparece de forma súbita y fuerte y va acompañado de otros síntomas como sangrado, hematoma, enrojecimiento, inflamación de la articulación, úlceras, fiebre o incapacidad para apoyar el pie.
Autor: Laboratorios Viñas, departamento científico.
Redacción. Dolor en el pie [en línea]. MedlinePlus. Biblioteca Nacional de Medicina de los EEUU, 2020. <https://medlineplus.gov/spanish/ency/article/003183.htm>
Redacción. Consejos para prevenir y tratar los problemas más frecuentes en los pies [en línea]. Sociedad Española de Farmacia Familiar y Comunitaria, 2012.<https://www.sefac.org/sites/default/files/sefac2010/private/documentos_sefac/documentos/SEF_FR_Pies_V.pdf>
Redacción. Dolor de pies [en línea]. Fisioterapia online. <https://www.fisioterapia-online.com/dolor-de-pies-que-es-causas-sintomas-diagnostico-tratamiento>
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El calor puede provocar una sudoración excesiva y el mal olor de los pies. Unas medidas de higiene y cuidado adecuadas pueden combatir estas molestias y prevenir complicaciones como las infecciones fúngicas o las lesiones en la piel.
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