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La información que figura en esta sección está dirigida exclusivamente a profesionales sanitarios facultados para prescribir o dispensar medicamentos, por lo que requiere una formación especializada para su correcta interpretación. En caso de no pertenecer a este colectivo, le rogamos se abstenga de continuar.

Declaro que soy profesional sanitario con capacidad de prescripción o dispensación en España.

Estimulante del apetito

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Un estimulante del apetito es un medicamento que aumenta la sensación de hambre de una persona.

Aunque muchos consideran que un aumento en el apetito es negativo, algunas personas pueden necesitar estimular su deseo de comer.

Ciertas afecciones, como el cáncer, las afecciones psicológicas y el envejecimiento, pueden provocar una pérdida de peso involuntaria debido a la disminución del apetito. Perder demasiado peso puede afectar la calidad de vida de una persona y aumentar el riesgo de sufrir enfermedades.

La pérdida de apetito

La anorexia, pérdida del apetito o inapetencia se manifiesta por la falta de interés o incluso rechazo del alimento que se repite de forma continua a las horas de la comida, y es más frecuente en las edades extremas de la vida: infancia y vejez.

Una alimentación adecuada garantiza un normal desarrollo y mantenimiento del organismo, a la vez que proporciona reservas para situaciones tales como enfermedades agudas (gripe, faringitis, ...) y crónicas (depresión, cáncer, ...) donde usualmente disminuye el apetito.

La falta de apetito en la infancia

La falta de apetito o anorexia infantil es uno de los problemas que se presentan con más frecuencia en las consultas de pediatría.

Se trata de un síntoma común en enfermedades agudas como infecciones (catarros, otitis, gastroenteritis, procesos gripales,...). También en procesos banales o cuando hay cambios en la rutina habitual (viajes, inicio de guardería, nacimiento de un hermano, destete, nuevos alimentos).

En estos casos la inapetencia suele ser pasajera. Dura pocos días o semanas, hasta que se resuelva lo que lo desencadena. Aunque si la enfermedad es grave o crónica puede mantenerse hasta que no se logre un control o tratamiento adecuado de la misma.

Por otro lado, existen los casos de “niños mal comedores”, que los padres viven con angustia y temor. La hora de las comidas puede llegar a suponer un gran sufrimiento tanto para los niños como para los padres.

El miedo de los padres surge de la idea de que al comer poco pueden llegar a tener carencias y que esto les impida un correcto crecimiento, pero en la mayoría de los casos se trata de niños sanos, con poco apetito, pero con un desarrollo adecuado y normal.

Consejos prácticos para tratar la falta de apetito en niños:

Las siguientes recomendaciones de la AEPap (Asociación Española de Pediatría y Atención Primaria) pueden ser de utilidad para tratar la pérdida de apetito en los niños:

Y siempre es recomendable acudir a los controles periódicos de salud. El pediatra comprobará y vigilará que el crecimiento y el desarrollo del niño sean los correctos.

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